sábado, 27 de marzo de 2010

Un gran caso de amor y locuras.

Sujetos multifrénicos sedúcense mutuamente. Son tantos cada uno, que la confusión es inevitable.
Un tipo ruso fornido y bebedor habló alguna vez de los inconvenientes de vivir con otros inconscientes bajo el mismo techo.
Aun así, los hombres y mujeres se revuelcan en el huerto barroso a plena luz de luna. Perfecta tierra fecunda para el nacimiento de plantas e insectos, de hombres, mujeres y viejos rencores.
Puede que los huertos y las camas de motel se parezcan por lo cuadrado de su esencia, y el barro no sea sino un viscoso líquido blanco por todos conocidos.
Puede que tal confusa orgía haya llegado al punto más alto, se haya encumbrado, cerca de la medianoche con champaña de segunda marca y aulliditos estereotipados. El hecho es que pasadas las doce y quince la noche cerrada, cerrar no logra el cuerpo sangrado y desprovisto de lo que fue un hombre robusto y bebedor. Abierto como por arte de magia, la anatomía interna es la antibelleza, el horror literalmente entrañado.
El móvil policial acude rápidamente al hospital psiquiátrico en pos de investigar el caso.
Los moteles y los psiquiátricos mucho se parecen por las mugrientas sábanas repetidas de ayer, hoy y mañana.
Quizá no encuentre, el común relator, vínculos entre los huertos, las camas y los psiquiátricos. Pueden creer que son creaciones de una mente un poco desviada y retorcida como los tornillos y los fideos que me sirven, los martes que tanto detesto.
No son cosas que me preocupen porque escribo desde una habitación en la cual el sol cae todas las mañanas derrotado por una noche de insomnio y, mi nombre es interno 16.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Compuscrito apócrifo de Jazzido Domingo .


Centrate . Pará . Bata. Bata de todo lo que estás haciendo y oime una cosa, vos pbt / pbta que tenés ventitantos y no sabés que hacer con esta juventud que desflora pero nunca asoma una certeza sobre qué mierda hacer mañana por la mañana más que ir a tomar ese maldito té insulso que cantonea la canción de Juana y todas las abuelas de nuestra era .

Agarráme lo que te digo , ponete el youtube o el metube o fijate si de casualidad lo pasan en la latita esa que llamás radio y buscate al amigo Ray Barretto tocando summertime y decime si no nos ves gozándolo , decime si no nos ves coronándolo a todo azúcar y trompeta y trombon y quien quiera solear que solee entonces carajo!!!!!! 7 gordas en tetas te lo corean y te lo japonean y te lo chinean y todo lo que vó quierá .

Fíjense que me parece que es simple, no muy largo y da lugar al juego fálico, a los solos y la improvisación. Chauchasssssssssssssss

viernes, 12 de marzo de 2010

En el principio.

En el principio no fue el verbo sino el adverbio.
En el principio fue el "No" y nada más que el "No".
Le prohibieron la manzana, ese fue el germen del pecado.
El resto es una historia esperable, la furia de un padre enojado y sus reprimendas , el llanto de sujetos débiles que todavía pagan y pagarán el atrevimiento de algunos tantos enterrados.
A fin de cuentas los niños buscan robarle el velo al misterio por naturaleza.
Hecha la ley , hecha la trampa.

¿ por qué no me das la libertad de no pertenecerte ? ( Spinetta )

sábado, 6 de marzo de 2010

la estrella, el lujo, la aurífera lengua que posee.

Su lengua es de oro , esa es probablemente la mayor certeza que tengo hoy en día.
La simpática golosa en la que se convierte en milagrosos momentos suele estar guardada en su corazón, cuando no se desplaza al estómago con antojos irreprimibles.
No es un demonio. A lo sumo, un angel caído que está en proceso de convertirse y cuyas pretenciones no son oscuras sino caprichosas.
Otra afirmación firme es que la quiera cerca mío siempre , pero las cadenas habrán pasado de moda.
Ojalá nunca desaprenda el arte de volar, mas le de por la holgazanería.

lunes, 1 de marzo de 2010

Un taxi para Milagros.

Milagros pasaba siempre por las veredas inoportunas, pisaba fuerte las baldosas que coincidían con los números impares (que sólo sus matematísticas nociones le permitían atribuirle a cada división del cemento) , y cantaba; claro que cantaba una canción semi alegre.
Las estrofas de su canción inacabable imploraban por un taxi, un pequeño automovil, negro y amarillo sus colores. Un automóvil con uso rentable que la llevara a una nueva ciudad velozmente , sin que ella cuenta darse pudiera. Velozmente es un circunstancial de modo entonces no pensaba en si hacerlo o no hacerlo estaba bien porque desde el momento en que le agregaba el circunstancial a su pensamiento confirmaba sus enormes ganas de escapar instantáneamente de esa parcela de desencuentros en la que se sumía todos los días de 10 a 22 , salvo los fines de semana que evitaba salir de su casa para no sentir la desolación de encontrarse con la anticuada novedad de que hay tanta gente igual a ella, igual a uno.
Por eso lo de contar baldosas , para no contar tanta gente. Para no sentirse tan insignificante.

No importa si es Peugeot , si es Fiat o Renault .
Quiero un taxi moderno que me saque de este show.

Cantaba. Y contaba. Las baldosas eran aleatoriamente el nombre de la marca que , imaginaba, portaría el taxi con un orgullo guerrero. Con porte espartano.

Cierto día frenó un taxi, pero no tenía conductor. Lo vió al pisar la baldosa de Peugeot. Era una invitación al deseo , al sueño de por fin renovar la vista. Creyó que el hecho de que fuese un maldito Renault anulaba toda posibilidad de que llegara a buen puerto , pues sino la baldosa le hubiese susurrado marca y modelo, chapa y pintura.
Dejó pasar aquel taxi y siguió cantando.

Se me escapó un Peugeot , pues dijeron Renault.
Sigo esperando el taxi que me saque de este show.

Así que esperó un próxima oportunidad que todavía busca en las pisadas y en los portes espartanos que ningún indicio claro le presentó . Libró su destino al azar del miedo de hacerse cargo de su vida. Regaló su voluntad al misticismo. Fue más fácil culpar a las malditas incoincidentes baldosas y cantos con los putos coches que siempre son de las mismas compañías cuyos modelos tanto se parecen .

Ayer la crucé vagando y cantando al compás de los ladridos de su añejado perro .

No encuentro un Peugeot, ni Fiat, ni Renault.
No hay manera algun de escaparse de Margot.

Cuánto jazz hay en su borrachita dicción. Cuánto 2 y 4.